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La Historia de Metallica - Jinetes Conquistadores y Reyes en Decadencia

Metallica
Metallica
Hablar de Metallica es una situación complicada porque es como hablar de dos grupos diferentes que generan reacciones diametralmente opuestas. Es un aspecto inherente de la banda que va a perdurar hasta su inevitable retiro, en donde tal vez se les vea con una percepción mucho más certera.

Más allá de cualquier noción que se tenga de Metallica por sus decisiones en el pasado o en el presente, no se puede negar que Metallica es tal vez la mayor historia de éxito que ha producido el género del Metal, trascendiendo culturalmente y convirtiéndose en iconos de la música en general.

Su historia está repleta de tropiezos, malas decisiones y álbumes que dejan más que desear, pero también contienen algunos de los momentos más esenciales de la música pesada y que moldearon el género para ser lo que es hoy en día; no hay un músico moderno de Metal que no haya sido influenciado por Metallica.

Éste es un breve recorrido por la historia de Metallica, sus álbumes, los hechos que moldearon al grupo y decisiones que cambiaron a la banda para siempre.

Los comienzos de Metallica

Por supuesto, yo quería todo esto. Pero James me avasalló con todas sus ideas. Siendo sincero, yo solo quería personas con las que pudiera tocar mis canciones favoritas en lugar de simplemente sentarme solo y golpear la batería sin control.

-Lars Ulrich acerca de la capacidad como compositor de James Hetfield.
Si queremos conocer los comienzos de Metallica debemos ir a Dinamarca en 1963, donde nace Lars Ulrich, hijo del entonces famoso tenista Torben Ulrich. Lars viajaría por el mundo debido a que su padre participaba en múltiples torneos y competiciones, siendo poco a poco encaminado a seguir los pasos de su padre en la profesión.

Al parecer era muy bueno porque estuvo por un tiempo entre los diez primeros de las ligas infantiles, pero ése no era el camino de Lars. En 1973 terminaría en un concierto de Deep Purple y eso lo marcaría tanto que la semana entrante se compró uno de sus álbumes, Fireball.

Eso era todo: Lars había decidido lo que quería ser.

Eventualmente desarrolló un interés por muchos otros grupos como Black Sabbath, Thin Lizzy, Uriah Heep y el creciente movimiento de la New Wave of British Heavy Metal, con grupos como Iron Maiden liderando la causa. Los Ulrich se mudaron a Estados Unidos, específicamente a California, y ahí es donde comenzaría su nueva etapa buscando lograrlo como músico, muy a pesar de que la mayoría de los californianos no estaban tan interesados como el danés en los grupos europeos que a él le obsesionaban.

Lars probaría su suerte con diferentes amigos y con varios músicos, pero no parecería encontrar esa estabilidad que deseaba para crear una banda que encajara con su visión musical. Por el otro lado, había un chico estadounidense que pensaba igual.

Si bien es cierto que Lars creció en un ambiente bastante proactivo y en donde sus padres le dieron espacio para poder expresar sus intereses musicales, lo mismo no se puede decir de la infancia de James Hetfield.

James creció en un ambiente religioso bastante marcado, con dos padres que eran cristianos conservadores, y siendo solo un niño fue enviado a clases de piano en donde formó una enemistad con los Mozart o los Beethoven del mundo, de acuerdo a sus palabras. Como se sabría luego, Hetfield siempre fue un autodidacta y pasó rápidamente a la guitarra, mientras escuchaba grupos como Aerosmith o Queen (dos de sus mayores influencias).

Ya entrando en su adolescencia, Hetfield comenzaría a tocar en múltiples bandas que no durarían mucho: Obsession, Syrinx, Phantom Lord o Leather Charm fueron algunas de las más resaltantes, dejando como legado dos de las primeras composiciones que aparecerían en el debut de Metallica, Hit the Lights y No Remorse. Tras la muerte de su madre en 1980, se mudaría a California con su hermano donde perseguiría sus metas como músico profesional.

Aquí es cuando la cosa se pone interesante: había un periódico llamado The Recycler en donde se podían colocar anuncios y tanto Lars como James, durante la misma época, publicaron anuncios en donde buscaban músicos para una banda de Heavy Metal; ambos eran los únicos que habían especificado que buscaban personas para tocar ese tipo de música. ¿Destino? No lo sé, pero sí es anecdótico, cuanto menos.

Lars estaba impresionado por la capacidad y experiencia de James como músico y James estaba impresionado por la inteligencia y conocimiento de Lars en cuanto a bandas europeas de las que nunca había escuchado (cuenta la leyenda que James pensaba que Lars era un pésimo baterista cuando lo conoció).

Tras ciertos traspiés para grabar canciones y para conseguir músicos, los dos grabaron una demo de Hit the Lights que sería publicada en el compilatorio de Brian Slagel en Megaforce Records –dos nombres claves para entender lo que fue Metallica en sus comienzos-, la ahora legendaria e influyente Metal Massacre. Entre los dos tuvieron que grabar todas las partes de la canción en todos los instrumentos.

Conseguirían a un bajista que era un viejo amigo de la secundaria de James, Ron McGownie, y la posición de guitarrista sería ocupado por un rubio de actitud altanera y rebosante de talento: un tal Dave Mustaine.

Mustaine había tenido su propia trayectoria en bandas amateurs, siendo amante de la NWOBHM y diferentes grupos como los Scorpions o Led Zeppelin, sin mencionar que desempeñaba trabajos como traficante y dejó la escuela a una temprana edad. Eventualmente fue contactado por Lars a través de un anuncio, tal como sucedió con James, y así es cómo se forjó una de las amistades/enemistades más marcadas de la historia de la música.

Sería el triunvirato Ulrich-Mustaine-Hetfield el que estructuraría el grueso de las canciones del primer álbum de la banda, con el futuro líder de Megadeth agregando otra dimensión y otro ritmo a su música, siendo él el mayor en edad y un músico bastante curtido en diferentes estilos, especialmente en materia de riffs; no se exagera al decir que Mustaine “afiló” a Metallica en su etapa más imberbe.

La primera alineación convencional de Metallica, nombre y logo diseñado por el propio James, había sido creada y la conquista de los Jinetes estaba comenzando.

Nace el Thrash, nace Kill ‘em All.

Quería patear el culo de Metallica.

-Dave Mustaine en su biografía acerca de por qué fundó Megadeth.
Metallica - Kill 'Em All
Metallica - Kill 'Em All
La banda no estaba muy feliz en California. Eso fue un factor clave para el progreso de Metallica porque esa zona era la escena en donde el Glam estaba proliferando y alcanzando mucha relevancia mediática, dejando a un grupo con la lasciva y agresividad de Metallica sin mucha luz.

Se mudarían a San Francisco, en donde encontrarían una escena de Metal extremo en la Bay Area en la que estarían mucho más cómodos y podrían combinar muchos conciertos en bares y antros con algunos de los momentos más alocados de la historia de la banda, especialmente cuando tocaban con los muchachos de Exodus, en donde encontrarían a un tal Kirk Hammett.

Eventualmente Ron McGownie sería removido de la banda; Ron era el que menos interés tenía en el proyecto y siempre había sido visto como el eslabón más débil, sin mencionar sus notables diferencias con Mustaine. Cliff Burton, un bajista notable de la banda local Trauma, aceptaría unirse al grupo y si bien es cierto que no contribuyó en materia de composiciones en el debut, su capacidad, habilidad y talento fueron una mejora de lo que aportaba McGownie hasta ese punto.

El tema es que la situación con Mustaine no era la mejor: en un grupo de cuatro bebedores fiesteros, Dave era considerado el más descontrolado y en 1983, durante un viaje en Nueva York en donde la banda estaba cerca de publicar su debut –por entonces llamado tentativamente Metal Up Your Ass-, Lars y James, con un Cliff muy silencioso, le notificaron que ya estaba fuera de la banda y le entregaron un pasaje de autobús para que regresara a San Francisco.

El despido de Dave de Metallica ha sido altamente documentado y el líder de Megadeth no ha tenido pelos en la legua para hablar de lo mucho que le molestó ser expulsado de la banda de un modo tan frío y distante. Kirk Hammett, el guitarrista de Exodus, tomaría su lugar.

Metallica, ya con este último cambio en su alineación, publicaría su primer álbum, Kill ‘em All, con Megaforce Records, alterando para siempre el género del Metal como lo conocemos.

Es muy sencillo tomar por sentado lo que representó un trabajo como Kill ‘em All para todo el género debido al status actual de Metallica, pero la realidad es que en 1983 habían muy pocos álbumes que transmitieran el vértigo, intensidad y salvajismo del debut de los de Hetfield y compañía. Temas como Hit the Lights, Whiplash, The Four Horsemen o Seek & Destroy se han convertido en clásicos de la banda, sin mencionar que le dieron espacio al recién incluido Burton para que insertara un solo de bajo de su autoría, (Anesthesia) Pulling Teeth.

El impacto en el underground fue casi instantáneo y se marcó un antes y después en el género; hay muchos grupos que han declarado que se dedicaron a ser músicos por el impacto que tuvo Kill ‘em All en sus vidas. Incluso Tom Araya, vocalista y bajista de Slayer, declaró que el álbum los motivó a tocar un material más rápido y agresivo, cosa que fue determinante para la generación de los ochentas del Thrash Metal.

Ride the Lightning: oscura maestría.

Ajustar tu sonido para agradarle a tu audiencia es estúpido.

-James Hetfield acerca del rechazo que tuvo su primera balada, Fade to Black, entre sus fans más acérrimos.
Ride The Lightning
Ride The Lightning

Los segundos álbumes son siempre interesantes de analizar porque muestra la idea primigenia del debut más desarrollada y con una cierta experiencia ganada, por lo que no es extraño que dicho segundo álbum suela tener una calidad superior y eso fue el caso con Ride the Lightning.

Grabado en la Dinamarca natal de Lars y publicado en 1984 –un mero año después de su influyente debut-, Ride the Lightning es considerado en muchos círculos como el clímax musical de Metallica y en donde se muestran ocho cortes de una calidad incuestionable, como es el caso de Creeping Death, For Whom The Bells Tolls o Fade to Black.

Hay un factor interesante en el Ride the Lightning y es el hecho de que las letras de todas las canciones tienen un hilo conector común: la muerte, un tema que James Hetfield declaró que había sido de gran interés para Lars y él durante la composición del álbum; tal vez no desde la perspectiva de un trabajo conceptual, pero sí como una base temática por la cual guiarse.

Así es como tenemos muerte por guerra nuclear (Fight Fire With Fire), muerte por la silla eléctrica (Ride the Lightning), muerte en la guerra (For Whom the Bells Tolls), muerte por suicidio (Fade to Black), muerte congelada (Trapped Under Ice), muerte al ser perseguido por la justicia (Escape) y la muerte por una plaga bíblica (Creeping Death).

Ride the Lightning se convirtió en otro paso en la dirección correcta para la banda, alcanzando a aún más personas y convirtiéndose para muchos aficionados en su mejor trabajo, asentando aún más las bases del Thrash Metal, pero ahora con un enfoque más oscuro y con la impronta de Cliff Burton y Kirk Hammett en las canciones (aunque temas como Ride the Lightning o la instrumental The Call of Ktulu cuentan con el aporte de Dave Mustaine).

Pero el golpe en la mesa era el siguiente y ahí es cuando se demostró que esta banda no estaba satisfecha con ser un grupo que produjera muy buenos álbumes; querían ser grandes.

Querían ser los maestros.

Para la eternidad: Master of Puppets.

Teníamos una tendencia de mirar a nuestros álbumes como una colección de diferentes dinámicas: aquí está una canción rápida, una canción de medio tempo, una balada, una instrumental.

-Lars acerca de la estructuración de canciones de Metallica durante la época del Master of Puppets.
Master of Puppets
Master of Puppets
Master of Puppets es el álbum definitivo de Metallica. Se puede discutir si es el mejor de su etapa clásica o no, pero no se puede debatir que es el álbum por el que serán recordados y que marcó un antes y un después en el seno de la banda por diversas razones.

El álbum del ’86 (año vital para entender lo que es el Thrash por diversos trabajos influyentes que salieron en esas fechas) tardó más que los dos previos en hacerse y eso se muestra en las canciones: son más elaboradas, más largas y se percibe una proliferación de ideas que apuntan más allá de los límites del Thrash Metal que se estaba fraguando por esos años.

Un aspecto que separó a Metallica del resto de su competencia en este punto de su carrera era el hecho de que agregaron elementos más técnicos y progresivos en sus canciones, derivando en un estilo más “épico”, a falta de un mejor término. Así es como el tema título, Disposable Heroes o la legendaria instrumental Orion tienen una estructura mucho más elaborada que la gran mayoría de los cortes de Thrash convencional.

En el tema de las letras, se mantiene la temática del hilo conector que se asentó en el Ride the Lightning, solo que esta vez se hizo un enfoque en el control como letras.

Así tenemos el ser controlado por la rabia (Battery), ser controlados por las drogas (Master of Puppets), ser controlados por los experimentos que nos hacen (The Thing That Should Not Be), el control de las organizaciones de salud mental (Welcome Home), el control militar (Disposable Heroes), el control a través de la religión (Leper Messiah) o por la destrucción (Damage Inc.).

Master of Puppets mantuvo la curva ascendente de la banda, incluso convirtiéndolos en los teloneros principales de Ozzy Osbourne en la gira de su Ultimate Sin, en donde hubieron muchas anécdotas para la posteridad.

Estaban en su apogeo, con tres trabajos que ya eran legendarios y asentados como una de las figuras emergentes más prominentes de todo el género.

Pero todo se iba a complicar.

Cicatrices eternas y …And Justice for All.

¿Puede el reino de la salvación llevarme a casa?

-Letras de la canción tributo a Cliff Burton, To Live Is To Die, y que están escritas en su tumba.
And Justice For  All
And Justice For  All
Como la vida de una persona, la historia de Metallica ha sido definida por diversos puntos de inflexión que han sido claves: Lars conociendo a James, el despido de Dave Mustaine, la publicación del Masters of Puppets, y muchos otros que les pasarían en el futuro.

Pero la muerte de Cliff Burton el 27 de septiembre de 1986 cambiaría para siempre al grupo, especialmente al vocalista James Hetfield.

La banda estaba de gira en Suecia y durmiendo mientras su bus iba transitando en la carretera en la noche. Se originó el accidente debido a las capas de hielo de las que no se percató el conductor y el bus se volteó, ocasionando que Cliff fuera aplastado por el mismo, muriendo casi enseguida.

No me necesitan a mí o a cualquier otra persona para saber que la muerte de Cliff fue un golpe tremendo en el seno de la banda, incluso haciéndoles contemplar separar al grupo. Dave Mustaine mostró sus respetos a su antiguo compañero y dedicó la música instrumental de In My Darkest Hour a Cliff, incluso subiendo a sus padres al escenario en el concierto donde la tocó por primera vez.

Tal como dije antes, James Hetfield fue quien tomó esta pérdida de la manera más personal. No solo era un amigo muy cercano de Cliff, sino que esta muerte, junto a las de sus padres, significaba un ciclo de dificultades muy serio en la vida de James; sus compañeros de banda era lo más cercano que tenía y esa pérdida es una que lo marcó por muchos años.

Como tributo a su amigo, publicaron el video Cliff ‘em All, un compilatorio de actuaciones en vivo grabadas para bootlegs de la banda con Cliff, convirtiéndose en un material de culto para los aficionados que no pudieron verlos en esta etapa clásica.

La banda haría audiciones ese mismo 1986 para un nuevo bajista y el líder del grupo underground Flotsam & Jetsam, Jason Newsted, sería el elegido. Jason no la tendría fácil en Metallica y muchas de sus contribuciones serían ignoradas debido a que era percibido por la banda, de un modo infantil, como “el que no era Cliff”, pero es una figura que se ganó el aprecio de los aficionados por su entrega en los conciertos, una actitud humilde en cuanto al trato a los demás y por el hecho de que era un genuino fan de la banda.

“Nadie me iba a quitar esta oportunidad,” diría Jason un par de años después tras su audición con la banda.

Metallica publicaría en 1988 su cuarto álbum y el primero sin Cliff, …And Justice for All. Sería el álbum más técnico de la banda, con una notoria influencia progresiva y cortes que duraban más de diez minutos, aupados por algunas de las letras más nihilistas que James hizo en toda su carrera.

Si bien es cierto que este álbum se ha convertido en uno muy influyente para muchas bandas e incluso consiguieron una nominación al Grammy gracias a su single One –tal vez la canción más conocida de la banda- y su icónico video musical –el primero de la banda, a pesar de comentarios de que nunca iban a hacer videos-, hay que decir que no estuvo carente de problemas y que la producción fue algo que influyó a la banda en el futuro.

Los problemas principales de …And Justice for All radican en el hecho de que Lars y James se enfocaron en un sonido muy mecánico que le quitó fluidez en las canciones, elemento que buscarían tratar de cambiar en el futuro; se nota la diferencia en temas como Blackened, Harvester of Sorrow o incluso el tema título cuando se escucha en vivo, demostrando la notoria calidad que tienen. Sin mencionar el bajo de Jason, que es casi inexistente en la mezcla, como método de “venganza” a él, privando al álbum de ritmo y fluidez.

A pesar de esos defectos, el cuarto álbum de Metallica fue un éxito muy importante y los llevaba cada vez más cerca de su objetivo: trascender.

Nada será igual: los 90s y el Black Album.

No queríamos ceder ninguna parte del poder creativo, pero sabíamos que teníamos que hacerlo.

-James Hetfield acerca de trabajar con Bob Rock en el Black Album.
Metallica - The Black Album
Metallica - The Black Album
Mirando en retrospectiva, un factor clave que separó a Metallica del resto de sus compañeros generacionales del Thrash Metal, con la posible excepción de Megadeth –cuyo sonido ya era bastante distintivo del Thrash-, es el hecho de que ellos no solo querían ser titanes en el género, sino en todo el mundo de la música.

…And Justice for All fue un éxito notable para Metallica y su icónico video musical les permitió alcanzar a una audiencia mucho más amplia, pero ellos entendieron que la única manera de ir más allá de eso era con una mejor producción y con una estructura más accesible en las canciones.

Los de Metallica buscaban trascender y convertirse en estrellas de todo el espectro musical. Ahí es donde entró el productor Bob Rock.

Bob Rock es una figura bastante controversial en los círculos metaleros y es muchas veces acusado de ser el culpable de que Metallica “se vendiera”. La realidad es que Bob Rock, conocido por su notable trabajo en álbumes de Scorpions, The Cult, Mötley Crüe y muchos más, era un experto para producir hits de talla internacional con bandas rockeras y los de Metallica lo contrataron para esa función, que cumplió a la perfección.

Nadie puede negar que el quinto álbum de Metallica tiene una de las mejores producciones que se han hecho en el género, y eso se debe al enfoque y planificación de Bob. “Había escuchado el álbum Justice, pero en vivo sonaban pesados y grandes y monstruosos. En sus álbumes no tenían ese peso. Ese fue mi pensamiento,” dijo Bob Rock años después cuando escuchó a Metallica en vivo por primera vez.

El álbum tardó poco más de un año en hacerse y las sesiones fueron brutales, mostrando muchas desavenencias entre Bob Rock y Lars y James acerca de la dirección del trabajo, sin mencionar la metodología más estricta y meticulosa del productor, instándolos, entre muchas otras cosas, a tocar todos juntos en el estudio. “Nunca lo habían hecho,” diría Bob luego.

“Nunca nadie había criticado tanto mis letras,” diría James muchos años después, mostrando que hasta la faceta de las letras estaban siendo trabajadas hasta el hartazgo.

Funcionó. El álbum homónimo de Metallica, conocido popularmente como el Black Album por su portada negra, se convirtió en un éxito mundial y hasta el día de hoy es el trabajo más vendido de la banda, transformándolos en gigantes de la escena musical y estrellas que llenaban estadios.

El Black Album también produjo cinco clásicos de la banda que hoy en día son legendarios y sinónimos de la música Rock en toda su extensión. Los estribillos legendarios de Enter Sandman, los riffs aplastantes de Sad But True, las melodías oscuras de The Unforgiven, el hedonismo hecho música en Wherever I May Roam y la balada que Bob Rock tuvo que prácticamente extraer de James (el vocalista no creía que fuera apta para un grupo como Metallica), la archiconocida Nothing Else Matters, se convirtieron en algunos de los temas más exitosos y conocidos del grupo en cuestión de meses.

La gira para promover el álbum fue igual de titánica, extendiéndose por más de tres años y con muchos momentos memorables, pero también con varios que harían estragos en el seno de la banda como la ocasión en la que James fue quemado por uno de los efectos del escenario y tuvo que ser hospitalizado, continuando varios meses de gira cumpliendo solo funciones de vocalista y teniendo a un guitarrista invitado.

Conciertos multitudinarios, giras con grandes del género como Guns ‘N’ Roses o Megadeth, tocar en el festival de Moscú del ’91, en el concierto de despedida de Freddy Mercury en Wembley… Metallica lo habían logrado.

Eran grandes y eso cambiaba todo para siempre.

El “nuevo Metallica”

¿Dónde está tu corona, Rey Nada?

-Metallica – King Nothing.
Entre los cinco años que pasaron entre la publicación del Black Album y el sexto álbum de Metallica, Load, muchas cosas habían cambiado en el mundo de la música: el Grunge había cambiado la escena del Rock, el Alternativo había tomado forma, Pantera había cambiado el Metal extremo y Kurt Cobain se había suicidado. El mundo cambió y Metallica cambió con ellos.

Estos fueron los años en donde Metallica comenzó a tomar decisiones que generarían mucho rechazo e incluso odio por parte de quienes fueron sus seguidores, resultando en el dibujo de una línea divisora que aún no se ha diluido hasta el día de hoy. Se cortaron las melenas, comenzaron a vestirse mejor, comenzaron a tocar con bandas alternativas, se mostraban cada vez más dispuestos a hablar de otras influencias que no fueran metaleras, etc.

Pero lo que más afectó fue la música: no había ningún vestigio de aquella banda que hizo Master of Puppets diez años atrás; en lugar de eso, Load se podría considerar como un álbum de Hard Rock con influencias de Blues y las tendencias alternativas de la época (también intuyo mucho del Superunknown de Soundgarden, pero ésa es una apreciación personal). Incluso del Black Álbum al Load hay una marcada diferencia.

Metallica complementaría este trabajo el año siguiente con su secuela, Reload. Este álbum tomaba y expandía lo hecho en el trabajo anterior, demostrando la clara intención de lo que la banda quería hacer en ese punto de su trayectoria; para bien o para mal se estaban alejando de los cánones que ellos mismos establecieron en el Metal y buscaron probar algo diferente, tanto musical como estéticamente.

¿Fue esto necesariamente malo? Lo del cabello no importaba; músicos como Gary Holt de Exodus o David Ellefson de Megadeth hicieron lo mismo y no por eso perdieron credibilidad. Y si bien Load y Reload sufren de tener muchas canciones de relleno, cortes como Until It Sleeps, King Nothing, The Memory Remains, Fuel, The Unforgiven II, Wasting My Hate o Outlaw Torn son temas interesantes, entretenidos y que muestran a Metallica en una faceta que no se les había escuchado antes.

Complementarían su estadía en los 90s tocando en el legendario festival alternativo Lollapalooza, en el Woodstock del ’99 junto a bandas como Korn o Megadeth, harían un muy bien recibido álbum de covers como Garage, Inc. y harían un concierto con la orquesta de San Francisco llamado S&M, que tuvo opiniones mixtas (algunos admiraron lo intrépido de la propuesta, otros la criticaron salvajemente).

Este periodo de Metallica mostró a un Lars y James cada vez más controladores con la banda, pero también los mostró desafiándose como músicos y tratando algo diferente. Load y Reload están lejos de ser grandes trabajos, pero hoy en día se les ve en una luz un poco más positiva en comparación a la histeria colectiva que se desató en los 90s.

Algún tipo de monstruo.

La persona a la que yo respeté más fue la que me irrespetó más.

-Jason acerca de James y su salida de Metallica.
Jason Newsted siempre había estado restringido artísticamente en Metallica y aunque la impronta de Bob Rock en los álbumes de los 90s le había dado un rol más protagónico a su bajo, la realidad es que como compositor solo había contribuido con tres temas en sus catorce años con la banda (Blackened, My Friend of Misery y Where the Wild Things Are).

Tras grabar el single I Disappear para la película de Misión Imposible, Jason dejaría la banda luego de que James le prohibiera colaborar con un proyecto que tenía planeado llamado Echobrain. Al ver que en su banda principal no le dejaban contribuir y que no podía tener otros proyectos, Jason terminó por cortar lazos con Lars, James y Kirk, formando su proyecto y tocando por una temporada con Ozzy Osbourne.

El principio del siglo XXI puede ser considerado como la hora más oscura de Metallica: no solo fue la marcha de Jason, sino también la demanda de Lars a Napster por el tema de las descargas ilegales –un suceso que hizo que Lars ganara la admiración de muchos músicos y el desprecio de muchos fans, lo que ha sido costumbre en su carrera- y el descenso cada vez más notorio de James en su alcoholismo.

Fue bajo este contexto tan nocivo, cada vez más alienados y acomplejados, que la banda grabó St. Anger y lo publicó en 2003, siendo indiscutiblemente considerado como el peor trabajo de la historia de Matallica. La producción, otrora el gran fuerte de Bob Rock (quien hizo las veces de bajista), dejaba mucho que desear, la batería de Lars tenía un sonido metálico hueco, no había un solo de guitarra (que es el fuerte de Kirk) y las vocales de James, totalmente libres de ediciones, mostraban la condición lamentable en la que se encontraba en ese punto.

Tal vez lo único que vale la pena de St. Anger son las letras de James, que siempre han sido una de sus mayores virtudes: desde …And Justice for All ha mejorado mucho en su manera de transmitir sus pensamientos y sentimientos, cosa que se cristaliza aquí en cierto modo ya que podemos contemplar en temas como The Unnamed Feeling lo que estaba pasando en ese punto de su vida.

Las penurias, luchas y medios para arreglar esto serían grabados y mostrados en la película-documental Some Kind of Monster, mostrando todo lo que fue esa época de Metallica. Incluso cuenta con una notoria aparición de Dave Mustaine, lidiando con Lars acerca de la manera en la que fue despedido de la banda. Some Kind of Monster tuvo una recepción mixta, ya que muestra a los miembros de Metallica en un estado muy inestable, pero nadie puede negar la sinceridad que transmiten ahí.

Death Magnetic y la incómoda estabilidad.

Death Magnetic
Death Magnetic
La banda terminaría por reemplazar a Jason Newsted con Robert Trujillo, bajista que tenía un trayecto importante con Suicidal Tendencies en su etapa clásica a principios de los 90s y un buen periplo con Ozzy, agregando un poco más de groove a la banda y una actitud diferente a lo que era Metallica en ese punto.

James, con ayuda de su familia y sus compañeros, lograría superar sus problemas con el alcohol y la banda comenzaría a gozar de un cierto grado de estabilidad, al menos tan sana como puede tener un grupo de su envergadura. Con esta nueva claridad procedieron, ahora con el experimentado productor Rick Rubin (productor del Reign in Blood de Slayer, entre muchos otros), a publicar su nuevo álbum en 2008, Death Magnetic.

Este trabajo, como todos los trabajos post-Black Album de la banda, ha sido objeto de discusiones álgidas entre los aficionados y detractores de Metallica: algunos lo ven como un intento por volver al sendero que los hizo grandes mientras que otros lo ven como una jugada para recuperar el interés de fans que hace tiempo ya no los escuchaban.

De cualquier forma, no se puede negar que Death Magnetic muestra a unos Metallica en mejor forma que hace mucho tiempo y marca una distancia considerable del grupo que hizo St. Anger, mostrando una mayor concentración y enfoque por hacer algo bueno. Algunas canciones funcionan (All Nightmare Long o The Judas Kiss son dos buenos ejemplos), algunas no (The Unforgiven III es innecesaria, realmente), pero se ve un intento por hacer las cosas bien.

La gira a posteriori, si bien no alcanza las cuotas de las legendarias actuaciones del grupo en los 80s o a principios de los 90s, los mostró en mejor forma que en muchos años, con una mejor actitud y con un cierto grado de constancia considerando todo lo que se ha perdido con el paso del tiempo, las decisiones (tanto buenas como malas) y el mero hecho de que simplemente ya no son aquellos muchachos que grabaron el Ride the Lightning.

Y francamente, no tienen que serlo.

La actualidad: ¿Qué son?

¡Si has venido a ver licras y puto maquillaje y toda esa mierda y las palabras ‘rock ‘n’ roll baby’ en cada canción, ésta no es tu puta banda!

-James en la primera actuación de Metallica en Donington en 1985.
Metallica ya no es lo que una vez y creo que este artículo es una clara demostración de la progresión de la banda de una trascendental agrupación de Metal que cambió el género como lo que conocemos a un grupo de influencia mundial que tal vez es mucho más flexible musicalmente hablando, pero que ha mostrado una mayor tendencia a la irregularidad.

Se han mantenido de gira virtualmente todos los años. Publicaron Lulu junto al contracultural Lou Reed, un álbum altamente experimental que no encaja con la trayectoria de ambas partes, una película altamente entretenida –es básicamente un concierto de Metallica en la gran pantalla con una sub-trama, pero se deja disfrutar-, un EP con temas de las sesiones del Death Magnetic (Beyond Magnetic) y varias giras históricas con sus compañeros del Big Four del Thrash, Megadeth (haciendo las paces en el proceso con Dave y cerrando un círculo que se extendió por tres décadas), Anthrax y Slayer.

Su último trabajo de estudio hasta el momento, Hardwired… to Self-Destruct, fue publicado en 2016 y, como se pueden imaginar, tuvo opiniones diversas. Eso es el Metallica actual: un grupo con el que no puedes llegar a un consenso. Pero eso está bien: a pesar de todo lo que se les puede acusar, están en su santo de derecho de hacer la música que deseen; se puede argumentar que tal vez ya no son lo que una vez fueron y que no volverán a las alturas del Ride the Lightning o el Master of Puppets, pero su legado sigue ahí, completamente intacto e inmortal.

Metallica perdurará como una actitud, como un símbolo de lo que el Metal puede llegar a ser cuando es llevado a su punto más alto, y lo mucho que se puede cambiar desde los parámetros en lo que uno se puede encontrar; es un grupo que cambió el mundo de la música, convirtiéndose en iconos del mismo y que luego procedieron a hacer lo que les diera la gana con el paso de los años.

¿Qué es más Metal que eso?

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